El arte del Bonsai



El Arte del Bonsai – Introducción a un arte milenario



La Historia del bonsai se remonta, según algunos historiadores, al 215 A.C. donde se muestran en pergaminos los primeros bonsai que crearon en la dinastía. Sin embargo, fueron los japoneses los que comenzaron a divulgar el arte del bonsai a los países occidentales.

Al principio era privilegio exclusivo de la nobleza japonesa y de los samuráis, y no fue hasta fines del siglo pasado cuando fue extendido por toda el mundo.



Un bonsai es un árbol sano y vigoroso con una belleza y armonía naturales. Se puede empezar la formación de un bonsai por cualquiera de las formas de reproducción habituales en las plantas: semilla, esqueje, acodo, y mediante yamadori (La recolección de árboles en la naturaleza, para utilizarlos luego como material para bonsái).



Cuando arrancamos con la creación de un bonsai lo primero que debemos hacer es documentarnos sobre el árbol con el que vamos a trabajar, aprender y conocer  profundamente la especie, el hábitat, sus cuidados, etc. Y así poder decidir adecuadamente la ubicación que le vamos a asignar. Posteriormente nos centraremos en el diseño, respetando siempre la tendencia natural del árbol.



La formación del bonsai



El primer paso para la formación de un futuro bonsai es empezar a trabajar en el cultivo del árbol para que goce de buena salud y vigorosidad.  Después elegir bien el estilo, según el carácter del árbol y su hábitat natural. Realizaremos los primeros trabajos con una Poda de limpieza y descubriendo del nebari (Base del tronco). Buscaremos la mejor posición para mostrar eligiendo un frente y decidiremos la altura máxima. Nos emplearemos en la formación de ramas principales. Las ramas principales son las que dan carácter y deciden el estilo del árbol. El sol y el aire deben llegar bien a todas estas ramas y cada una de estas ramas debe tener su espacio propio. Formaremos

el ápice o copa del árbol, considerando que será la masa de follaje que delimitará el final o la altura del bonsai.



El Cultivo



Como todas las plantas, el bonsai requiere unos cuidados mínimos como son el riego, abonado, pinzado, trasplante y otros tratamientos. Siendo un arte en el que no hay que olvidar que tratamos con un ser vivo, estos cuidados deber realizarse con total rigor sin descuidar ningún aspecto.



El riego: Para un buen riego de bonsai, lo primero es tener una buena tierra que aporte un buen drenaje y que permita la aireación continúa de la misma. Se recomienda regar siempre con agua de buena calidad, exenta de sales y con un pH correcto. El mejor momento para regar es cuando empieza a secarse la superficie de la tierra del tiesto y la cantidad de agua no se debe escatimar, lo mejor hacerlo a fondo en forma de agua de lluvia, con un exceso del 10 ó 15 %. Detectaremos que está bien regado cuando el agua empiece a salir por los agujeros de drenaje de la maceta.



La Situación: Siempre hay que procurar que sea en el exterior, proteger el árbol en verano de las horas de máximo sol y calor. Muy importante en esta época, vigilar el grado de humedad. Si el bonsai lo tenemos en el interior, buscar una zona con suficiente luz natural, y alejarlo como mínimo a un metro de los cristales de las ventanas.



El Abonado: Las épocas de abono, serán la primavera y el otoño, dejando descansar al árbol los meses de máximo calor y en invierno ya que este entra en un letargo. Es muy importante si tenemos el bonsai en el interior, no dejar de abonar en ningún momento del año, ya que el árbol no va a poder diferenciar bien los cambios de estaciones.



El Pinzado: El pinzado consiste en cortar los brotes nuevos que van creciendo y que le restan fuerza al árbol. Se puede pinzar durante todo el año, pero sobre todo es conveniente hacerlo en la época de más actividad del árbol (La Primavera).



El Trasplante: El principal motivo para realizar el trasplante es sustituir la tierra ya agotada de nutrientes. Cuando decidimos realizar este proceso conviene aumentar si fuera necesario el tiesto, comprobar el estado de las raíces y hacer una poda de las mismas. El periodo de los transplante, depende principalmente de la edad del bonsai y de la especie. Si el bonsai es joven, se realizarán los transplantes más a menudo que si ya tiene una edad importante. En las caducifolias deberíamos realizar el transplante cada dos años, y en las coníferas cada tres. Es importante tener en cuenta en un transplante el tamaño del tiesto, la calidad y tipo de tierra, el estado de las raíces, la época del año en cada especie, el anclado y fijación del árbol, la compactación de la tierra. La preparación del tiesto. 

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